lunes, 5 de enero de 2009

El Schopenhauer de Savater


El Schopenhauer de Savater

Emeterio Gómez

Se ha puesto en evidencia la inconsistencia de la filosofía moderna, antigua y la medieval

Lectura navideña: La aventura del pensamiento, de Fernando Savater. Un esfuerzo para divulgar la Filosofía, vital para quien intenta dedicarse a lo mismo. Espero tener pronto en la calle ¿Qué es lo Humano?, mi primer libro divulgativo. Una mezcla de autoayuda con fracaso de la Filosofía. Por ello era crucial leer a Savater. Sobre todo, por saber cómo resuelve él un dilema acuciante: ¿Le decimos al lector que los filósofos han fracasado rotundamente o nos hacemos los locos y le explicamos sin la menor crítica lo esencial de Platón hasta Hegel? ¿Asumimos con Savater y como una simple injuria el apodo que Schopenhauer le puso a Hegel ("criatura ministerial"); o intuimos que esa burla captaba toda la inmensa falsedad de la filosofía hegeliana, la que llevó a Marx a llamarla onanismo mental? ¿Asumimos el amor a la sabiduría desde la crítica brutal de Schopenhauer, Kierkegaard, Nietzsche, Wittgenstein y Heidegger; o le decimos al lector que se aprenda lo esencial de ellos y que después descubra la mentira?

Savater decididamente escoge uno de esos dos caminos: enseñarle a la gente lo que cada uno de los grandes filósofos dijo. Incluyendo entre ellos ¡como si fuesen filósofos! a Nietzsche Schopenhauer, Kierkegaard y Wittgenstein. Por suerte su propia honestidad lo salva; su transparencia pone en evidencia el sinsentido de mostrar las ideas de Platón y su combo, sin decir explícitamente que son enfoques ya superados, esquemas abstractos que muy poco -por no decir nada- tienen que ver con el espíritu humano; lo único que hay que entender, porque "para todo lo demás existe la ciencia". ¿Cómo resumirle Wittgenstein a la gente, sin mencionar que para él "todas las proposiciones lógicas, esto es, toda la filosofía, es tautológica"? ¿Cómo resumir Hume sin incluir el Is-ought passage, la lacerante constatación de que la Razón y la Moral no se conectan. La gran ilusión -infantil pero irrenunciable- de la filosofía occidental, el dar por sentada dicha conexión?

Por suerte, como ya dije, la honestidad de Savater lo salva. Al resumir Schopenhauer y para contrarrestar las crueles ofensas de éste a Hegel, Fernando cita un artículo suyo de hace 20 años, en el cual le dice al ofensor: "Usted... se equivocó al suponer que la felonía intelectual de Fichte, Schelling y Hegel sería contundentemente desvelada. No hubo tal: en el panteón de los ilustres, su imperecedero monumento (el de Schopenhauer) se codea con el de sus más destacados contemporáneos y hasta... algunos encuentran entre sus obras y las suyas, más o menos deliberadas influencias... Lo que en su día fue querella irreductible resulta ahora complementariedad inevitable...". O sea, me permito agregar: no hay (¡o no había hace 20 años!) diferencias irreconciliables entre Hegel y Schopenhauer, éste no hizo ninguna crítica demoledora a aquél, los dos se complementan en una misma filosofía.

Ante todo lo cual reconforta la honesta opinión del Savater de hoy, ubicada a continuación de la cita anterior: "Podríamos decir que Schopenhauer triunfó. Mientras los grandes racionalistas han quedado a veces pasados de moda, él -desde esa visión romántica y vigorosamente irracional- sigue estando presente en toda la reflexión sobre el inconsciente...". Sólo un pequeño ajuste estaría uno tentado a hacerle a ese párrafo: no es que "a veces" los grandes racionalistas "han pasado de moda", ni es simplemente que "han pasado de moda", es que se ha puesto definitivamente en evidencia la profunda inconsistencia de toda la filosofía moderna y tras ella la antigua y la medieval.

gomezemeterio@gmail.com

OPINIÓN 04.01.2009 -Este articulo fue publicado en EL UNIVERSAL

Te invitamos a dejar un comentario.

0 comentarios: